Muchas de las enfermedades por no
decir todas carece de un conjunto totalmente concreto y muy evidente de signos
y síntomas con el cual se pueda desarrollar un diagnóstico confiable, así el
médico que se encuentra en constante práctica se dará cuenta que es con la
experiencia y la retroalimentación que se van desarrollando las habilidades y
competencias que requiere el diagnóstico diferencial.
El diagnostico diferencial es el
proceso de toma de decisiones y juicios para la solución de problemas, basado
en alternativas probables o improbables más que en certezas o criterios “bien
definidos”
Requiere de la inteligencia
humana y artificial, la inteligencia se define como la capacidad mental muy
general que entre otras cosas implica la capacidad de razonar, planear,
resolver problemas, desarrollar el pensamiento abstracto, comprender ideas
complejas, aprender con rapidez y aprender de la experiencia.
Capacidades intelectuales básicas
para la competencia según Robert Gágne se requieren desarrollar bases del conocimiento
mediante la adquisición de información, realizar habilidades intelectuales generalizables,
construir y ejecutar estrategias cognitivas, aplicar habilidades psicomotoras y
desarrollar actitudes
La naturaleza finita de la
inteligencia y competencia diagnóstica hace que en casos clínicos extraordinarios
sea muy complicado el diagnóstico de las enfermedades es por ello que la
inteligencia artificial permite diagnosticar casos más complejos y menos
típicos y permite realizar diagnósticos más concretos ya que es un instructor
de diagnóstico diferencial.
Actualmente la inteligencia
artificial es una herramienta de apoyo a las decisiones médicas en el
diagnóstico deferencial ya que se basan en sistemas expertos y en el
aprendizaje de la máquina en la formación de modelos para mejorar el
aprendizaje.
Bibliografía:
Sánchez, M. & Martínez A.
(2014). Informática Biomédica. Cd. México: Editorial de la facultad de medicina
UNAM.
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